Nos encontramos con un espacio en blanco. Un lugar en el que flores, composiciones y plantas se encargarán de darle color al toque industrial. Estamos en un taller en el que desarrollan todo tipo de trabajos relacionados con el arte floral. Y como taller que es, cuenta con un espacio de trabajo equipado por un rescatado banco de trabajo de más de 50 años y una liviana estructura Batlló a base de tubo y madera que incorpora un barra para hacer su servicio como colgador de herramientas y accesorios y así tener a mano todo lo necesario para elaborar las composiciones florales.
Para la zona de exposición, diseñamos una resistente estructura de tubo y madera, anclada de suelo a techo pensando en el acopio de pesados maceteros y grandes jarrones. Si miramos hacia el techo, vemos el forjado de hormigón al descubierto que resalta con las blancas paredes del ladrillo originario. Una mesa industrial con sobre de madera reciclada, dos sillas Tolix y una preciosa lámpara de vidrio mallorquina fabricada artesanalmente mediante soplado, son las piezas escogidas para destacar entre tanto color.
Un proyecto que hemos llevado a cabo siguiendo las directrices de Ana, su dueña, con la que ha sido un placer trabajar. Una clienta que tenía muy claro el estilo que quería darle a su taller, un espacio de estilo industrial, marcado por piezas únicas y aromatizado por la esencia floral.